Pensamiento malthusiano y los límites del espacio de las soluciones
Para romper paradigmas es necesario alejarse del espacio de las soluciones.
El poder de la población es indefinidamente mayor que el poder de la tierra para producir el sustento del hombre. La población, cuando no encuentra obstáculos, aumenta en proporción geométrica. El sustento lo hace sólo en proporción aritmética. Basta con saber un poco de números para ver la enormidad del primer poder comparado con el segundo. — Thomas Robert Malthus
El pensamiento malthusiano es una teoría económica y demográfica desarrollada por el clérigo y académico británico Thomas Robert Malthus en su obra «An Essay on the Principle of Population» publicada en 1798. Malthus argumentó que la población humana tiende a crecer de manera exponencial, mientras que los recursos, especialmente los alimentos, solo pueden aumentar de manera lineal.
Desde entonces, numerosas teorías han seguido desarrollándose en la misma línea. Como la del grupo conocido como el Club de Roma, al que pertenecía, entre otros grandes pensadores, Donella Meadows. Este grupo publicó el informe «Los límites del crecimiento» en 1972, en el que se predecía que, en las décadas siguientes, habría una disminución catastrófica de los recursos naturales o el mundo quedaría asfixiado por los contaminantes.
También el biólogo Paul Ehrlich, autor de «La explosión demográfica», perdió una apuesta tras otra ante el economista Julian Simon sobre cómo la escasez de cinco metales estratégicos aumentaría su precio.
Garrett Hardin, conocido por su ensayo «La tragedia de los comunes» sobre la que he escrito anteriormente, argumentó que el crecimiento de la población y el uso de recursos comunes llevarían a la sobreexplotación y la degradación ambiental, a menos que se implementaran controles estrictos.
Leyendo a Steven Pinker en «La tabla rasa» sobre este tema, me inspiró para reflexionar sobre donde falla esta lógica que parece de sentido de común pero cuyas predicciones fracasan una y otra vez. Específicamente cuando hace referencia a la obra de Paul Romer sobre la naturaleza combinatoria del proceso cognitivo:
“…la existencia material humana está limitada por las ideas, no por las cosas. Las personas no necesitan carbón, hilo de cobre ni papel por sí mismos; necesitan formas de calentar sus hogares, comunicarse con los demás y almacenar información. Para satisfacer estas necesidades hay que aumentar la disponibilidad de los recursos físicos. Se pueden satisfacer utilizando nuevas ideas —fórmulas, diseños o técnicas— para redisponer los recursos existentes, de modo que produzcan más de lo que queremos.”
La tesis de Pinker es que lo que falla es subestimar el papel de la tecnología y su efecto multiplicador para solucionar las necesidades reales de las personas. Yo percibo además en ese párrafo que constantemente caemos en el sesgo de movernos en el espacio de la solución. No necesitamos caballos más rápidos, como en teoría decía Henry Ford.
En estos días estamos trabajando en Audiense en la revisión de los Opportunity Solution Trees basados en los objetivos de este trimestre.
A grandes rasgos, esta técnica consiste en definir y alinear a los equipos respecto al objetivo a alcanzar. Estos objetivos se expresan como resultados (outcomes) que normalmente son comportamientos que esperamos impactar en el producto para conseguir los resultados esperados de negocio. Luego, comenzamos a organizar las oportunidades que podrían ayudar a alcanzar esos objetivos.
La clave está en la definición de «oportunidad» en este contexto: hablamos de necesidades, problemas, dolores o deseos de nuestros clientes actuales y futuros. No hablamos de soluciones ni funcionalidades concretas, sino que intentamos entender qué problema o necesidad real queremos solucionar.
Esto nos permite priorizar oportunidades que, luego, con enfoques lean de experimentación, podemos validar a través de diferentes soluciones.
Cuando nos movemos constantemente en el espacio de la solución sin entender el problema real que estamos solucionando, somos un pequeño insecto en una hoja de este árbol, cuyo mundo se restringe a esa hoja y difícilmente pueda ver más allá.
Romper el status quo requiere moverse en el espacio del problema, y para entender el espacio del problema, la empatía es una habilidad esencial. No puedes cambiar en el mercado de la telefonía móvil como hizo Apple o el de los coches elétricos como ha hecho Tesla si no partes de entender que como dice Romer, las personas «no necesitan carbón, hilo de cobre ni papel por sí mismos; necesitan formas de calentar sus hogares, comunicarse con los demás y almacenar información».
Aclaración: Mi reflexión no pretende negar la existencia de hambrunas, sobreexplotación de recursos y maltrato del medio ambiente, sino analizar dónde fallan lógicas como la malthusiana al ignorar espacio del problema subyacente.
Lecturas recomendadas
Continuous Discovery Habits: Discover Products that Create Customer Value and Business Value — Teresa Torres
La tabla rasa. La negación moderna de la naturaleza humana. Capítulo 13: Nuestras limitaciones — Steven Pinker
Opportunity Mapping — Audiense Apprentice Program
Empathy-Driven Development, un ejercicio de pensamiento sistémico
Llevo algunos años estudiando e intentando aplicar la Comunicación No Violenta (CNV) en mi día a día tanto personal como profesional. Si bien me queda mucho por andar, la práctica de este enfoque combinado con la meditación y la reflexión me está ayudando a ver el mundo desde la lente de la